fbpx
+593 22 229 932 achpe@achpe.org.ec

La Pandemia provocada por el Coronavirus SARS-CoV-2, ha dejado una profunda huella en el mundo y en el Ecuador.  El mes de Julio de 2020, termina con una situación bastante controlada en las provincias de Guayas y Santa Elena, mientras el número de contagios en el resto de provincias ecuatorianas, continúa en ascenso. 

El Sistema Nacional de Salud ecuatoriano trabaja al máximo de su capacidad, los profesionales de salud tanto de los Hospitales Públicos como de las Clínicas y Hospitales Privados hacen su mayor esfuerzo por atender a quienes demandan de su atención, pero el número de contagios aumenta y la situación se vuelve incontrolable.

En esta época de Pandemia mucho se ha hablado de los costos de la salud privada.  En las redes sociales se ha destacado el caso de un paciente que permaneció 30 días en una Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, en una Clínica Privada de Quito y pagó $70.000.   Esto implica que este paciente canceló $ 2.333 dólares por cada día de atención en UCI.  Este valor guarda relación con lo que el Estado gasta por la atención de una persona en uno de los hospitales del MSP, el IESS por uno de sus asegurados o las Compañías de Seguros o Medicina Prepagada por una persona que contrató con ellos su cobertura.   

Si bien los valores pagados son semejantes, la diferencia está en quien paga la cuenta.  Los familiares o el paciente atendido en una institución de salud pública, no tienen que pagar con dinero de su bolsillo, mientras el que dispone de la cobertura de un seguro privado o un plan de medicina prepagada, debe pagar sólo una parte del costo y aquel que fue atendido en una institución de salud privada y no cuenta con ninguna cobertura, debe cancelar el costo total de su atención.  En síntesis, todos los ecuatorianos que reciben atención de salud generan un costo, la diferencia radica en que en unos casos el Estado, el IESS, el ISSFA, el ISSPOL o el SPPAT pagan la cuenta, mientras en otros casos, el pago tiene que salir del bolsillo del paciente o de sus familiares.

El área de Terapia Intensiva atiende a pacientes en estado crítico y por lo tanto los servicios que allí se brindan son de alta complejidad, esto determina que su costo sea mayor al de una cama de hospitalización normal.  El costo de esta área está estructurado por varios factores y su análisis debe considerar algunas variables, al menos: la edad del paciente, la comorbilidad existente, el número de días en Terapia Intensiva y la calidad de la atención.

En la etapa del Diagnóstico deben hacerse pruebas de imágenes y de laboratorio, es decir que dependiendo del caso y del criterio del médico podrían hacerse tomografías, radiografías, resonancias magnéticas, ecografías, prueba PCR, Biometrías, exámenes de ferritina, gasometría arterial, entre muchos de la gran gama existente.  Pero la mayor diferencia entre el costo de una cama de hospitalización y una de UCI, es la frecuencia de estos exámenes.  Mientras en el primer caso, los exámenes se hacen al ingreso, algunos controles y al final de la estadía, en UCI pueden hacerse cada 2, 3, 4 o cinco horas dependiendo del estado del paciente y el criterio médico.

En UCI, pueden requerirse diversos tipos de terapias y procedimientos: terapias respiratorias, renales, colocación de catéteres, procesos no invasivos, intubación, entre otros.  La transfusión de plasma convaleciente de banco de sangre es una terapia relevante  así como la Hemoperfusión, proceso utilizado para limpiar la sangre que requiere para su ejecución de un filtro cuyo valor es de $ 2.000 dólares.  Esta y todas las terapias y procedimientos que se realizan en terapia intensiva tienen un alto costo.

El recurso humano en UCI exige alta especialización.  Dependiendo del paciente y el criterio médico, al trabajo del intensivista debe agregarse la interconsulta con otros especialistas: cardiólogos, nefrólogos, infectólogos, la dedicación de enfermeras debidamente capacitadas, de terapistas respiratorios, de terapistas para enfrentar la insuficiencia renal, entre otros.   En UCI, los pacientes siempre están acompañados por 2 o 3 profesionales pues el monitoreo de su estado es permanente.

Los medicamentos, agregan valor y costo a la atención en UCI y deben ser cancelados por las instituciones de salud a los proveedores respectivos.  Como ejemplo se puede mencionar el Actemra usado en pacientes con Covid-19, cuyo costo supera los $ 350 dólares y para el cual no hay genérico. Suman también al costo, los valores implicados en la nutrición parenteral y suplementos alimenticios, entre otros.

Los insumos, dispositivos y equipos médicos aportan también al costo.  El paciente de UCI requiere de diversos dispositivos e insumos médicos así como de equipos que se caracterizan por ser de alta tecnología, alto costo y por utilizar insumos muy caros para su funcionamiento.  Un monitor utilizado por cada paciente tiene un valor de más de $ 12.000 y requiere de varios sensores, brazal, etc.  Un ventilador necesita de varios insumos por cada paciente ya que deben ser descartados luego de su utilización; además se requieren varias bombas de infusión, colchón anti escaras por cada paciente así como  de equipos portátiles exclusivos para la Terapia intensiva como Rayos X, Ecografía y Broncoscopía.  La cama de terapia intensiva es una cama especial, diferente a las de hospitalización por las funciones que tiene.   En el caso de la atención a pacientes afectados por el Covid-19, los equipos de protección personal tienen un costo significativo.  Es importante considerar que en este momento todo paciente es sospechoso de la enfermedad y en consecuencia todo el personal debe contar con estas prendas pues la protección de los profesionales de salud en nuestras instituciones, es un imperativo.

La infraestructura e instalaciones, juegan un rol fundamental en el área de terapia intensiva.  Se requieren de gases medicinales que conllevan la necesidad de disponer de tomas de oxígeno, aire comprimido, vacío, así como de fuentes alternativas de luz eléctrica por cada cama y equipos.  Otro aspecto relevante es la climatización del área para evitar las infecciones nosocomiales.  En el caso de los pacientes con Covid-19 se requiere de un aislamiento especial para evitar el contagio, por este motivo hubo que adecuar áreas de aislamiento para atender a los pacientes Covid y garantizar la calidad y seguridad de los pacientes afectados por otras patologías que acuden a las instituciones de salud. 

La calidad de la atención y la seguridad del paciente son temas fundamentales y tienen implicaciones en el costo de la atención en UCI pues implica la implementación de altos estándares en la atención médica.  Es fundamental implementar y monitorear en forma permanente, el cumplimiento de protocolos de bioseguridad, la prevención y control de infecciones, el buen manejo de medicamentos, la prevención de caídas y el control de escaras, entre otros.  La atención de salud privada tiene dos elementos fundamentales:  el alto nivel de tecnología que utiliza y la calificación y alta especialidad de su recurso humano.  

Las instituciones del sector privado de salud son parte de una cadena de valor cuyo mayor aporte es la efectividad en la rehabilitación, curación y cuidados paliativos que brindan a sus pacientes.  Pero al sector privado también debe reconocérsele la gran cantidad de empleo que origina, no solo dentro de las instituciones sino además en todas las actividades productivas que se generan a su alrededor: medicamentos, dispositivos, insumos médicos, alimentación, elaboración de uniformes, limpieza, desinfección, entre otros.  Las Clínicas y Hospitales Privados cumplen con sus obligaciones con el fisco y no reciben ninguna ventaja o rebaja en el pago de impuestos, aportes o aranceles para el desarrollo de su actividad.

Las Clínicas, Hospitales y Centros Especializados de Diálisis que son miembros de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador, ACHPE, han prestado todo su contingente en esta crisis pero también necesitan recuperar sus costos porque de lo contrario, no podrán sostenerse en el tiempo.